La bandera está formada por dos franjas: una blanca que representa la inocencia y el candor de la niñez, y juventud para quien la vida es escenario de alegría; y celeste que simboliza la grandeza y dignidad de la persona humana que en el vigor de su adolescencia descubre la vida como espacio de perfeccionamiento y cuya espiral dirige al infinito. Ambas en iguales proporciones.